martes, 13 de abril de 2010

La hora del diablo

El diablo solo es producto de nuestra imaginación

La novela de Fernando Pessoa llamada La hora del Diablo me centraliza básicamente en el hecho de que los seres humanos somos los directamente responsabilizados de buscar la maldad en cualquier lugar, sin pensar en las consecuencias que nos puede llegar a suceder.
Nosotros como seres humanos siempre buscamos responsabilizar a la maldad o al diablo como tal, de nuestros actos negativos, pero nunca nos ponemos a pensar que tal vez nos estamos haciendo daños nosotros directamente, ya que como nos habla el texto “el diablo no existe”, puesto que este es una figura que nosotros mismos nos creamos para echarle la culpa a los demás.
Es de saber que la maldad es una búsqueda de una actitud psicológica, por medio de la maldad nos representamos la figura del diablo. Pero el diablo es lo que la mente se simboliza por medio de la imaginación, ya que no existe. La maldad es mostrar la vida como era en respuesta de lo negativo. Hablar de maldad no nos estamos referenciando a la figura del diablo sino poniendo como manifiesto que los seres humanos nos buscamos nuestros propios destinos sin pensar en los perjuicios que puede llegar a pasar.
Como hemos dicho el diablo es una figura analógica que representa algo negativo más no es una existencia, y este era el mensajes que pretendía el diablo trasmitirle a María a través un dialogo en un sueño, interpretación que ella no entendió o no quiso entender. El diablo quiso mostrarle a María que el bajarse del carro, por la noche y embarazada puede llegar a sucederle algo malo, donde lo primero que se piensa es echarle la culpa al diablo sin pensar primero que nosotros fuimos los causantes de ello y que aunque el diablo no exista, puedan haber en la tierra hombres que lo imiten y nos hagan daño.
De acuerdo a lo anterior el malo en la historia queda muy decepcionado, desilusionado y perdido, puesto que el quiso trasmitirle un mensaje a ella y María no lo comprendió. El diablo al oír las palabras de maría cuando dice que le da pesar de él queda en una incógnita, en donde el desconsuelo no es directamente para el diablo sino para María que fue la que no puedo entender e interpretar el mensaje.
Para finalizar es de saber que el poder de la mente es muy grande, por medio de ella podemos imaginar, crear y soñar. La figura de un diablo nunca se va perder y sólo por el hecho de que nosotros mismos le estamos dando esa prevalencia de maldad y lo estamos relacionados con los hechos malos que nos pasan en la vida sin darnos cuenta que nosotros mismos nos labramos nuestro destino.
Leidy Carolina Madrid Meneses
Literatura contemporánea

1 comentario:

  1. ..."nosotros mismos nos labramos nuestro destino"..Cierto, y nosotros somos el resultado de nuestra genética y la acción que sobre la misma ha ejercido el medio en que hemos vivido. De manera que el mal solo es lo que está en contra de lo que los demás dicen que es el bien.. ¿ok?.

    Un beso..

    ResponderEliminar